Capítulo 2 - Parte 2

Capítulo 2

Un baile en Palacio

Parte 2

Ella

Por CSM

Lo vio llegar y estuvo esperando que se acercara pero era muy difícil que lo dejaran avanzar, hombres y mujeres lo rodeaban. Había llegado en compañía del mismo caballero que había visto en casa de su madrina, un inglés alto y con seria expresión que se veía incómodo entre tantas personas. La risa de Lord Macfadyen llegaba hasta ella, pero no él. Cari intentó acercarse pero a cada paso se veía rodeada y por mucho que intentaba tampoco podía acercarse a él; dio media vuelta y regresó al lugar en que se encontraba, cerca de su hermana mayor que sonreía a una mujer con un exótico y nada atractivo sombrero de plumas que cubría su cara.

Veía hacia los grandes espejos que la reflejaban y sonrió ante la imagen que ofrecían, además, las miradas y comentarios que había escuchado le aseguraban que había logrado su cometido, pero no tenía sentido si no podía admirarla el destinatario de todo su esfuerzo. Debía hablar con su hermana, lo había prometido a Ferdinand, pero no estaba segura de cómo iniciar la conversación, ni tampoco había encontrado el momento y ahí a mitad de la fiesta con tantas personas que no la dejaban ni un momento era imposible; además, Hatty era muy impresionable y no quería ofenderla. Cari no aceptaba que ese rumor sobre su hermana fuera cierto. Simplemente era imposible que alguien como Hatty hiciera algo incorrecto e involucrarse con un hombre como el que mencionaba su hermano era escandaloso y muy peligroso, "Hatty nunca haría algo así, ni siquiera yo haría algo así". Fijó la vista en la punta de sus zapatos, una hermosas y muy poco cómodas zapatillas de cristal; estaba tan pensativa que pareciera no estar ahí. Sabía que le preguntaban cosas pero solo asentía, la comenzaba a abrumar tanta gente a su alrededor.

Volvió a pensar en su hermana, dos semanas atrás la había visto sonrojada y feliz, tan feliz que se recordaba a sí misma hacía un par de días cuando su Lord la había besado, "¿Por que no me busca?, ¿Por qué no se acerca a mi?".

"Todo el mundo parece divertirse, pero para mi es solo otro baile... mi hermana está tan feliz desde que conoció a ese hombre, pero no se atrevería a tener algo con él, ¡papá jamás lo aceptaría!... es muy peligroso que esté a solas con él... todo el mundo dice... ¡No Hatty, no!. ¿Y si el otro día que vino sonrojada había estado con el español?, ¿sería capaz ese hombre de acercarse a una hija del mismo Rey?, pero... tiene que quererla mucho o no se atrevería a estar aquí... creo que la envidio un poco. Cuando Ilona habló de los besos Hatty se puso pálida, ¿será que ella...?... ¿por qué no puedo dejar de pensar en ese beso?. Quiero que me vuelva a besar, quiero sentirlo cerca otra vez y que mi cuerpo tiemble como ese día, pero él ni me vuelve a ver".

Buscaba a Ilona que la había dejado sola desde hacía mucho rato. Cerca de uno de los balcones vio a su amiga en compañía de La Duquesa, le habría gustado que la esposa de su tío se acercara, le gustaba su compañía, "Parece que le pasa algo, se ve nerviosa, pero no puede ser, solo son ideas mías... ¿qué le habrá dicho a Ilona? ¡Hay Ilonita, por qué no vienes y me cuentas, que no te das cuenta que estoy aquí a punto de romper en llanto!, tu sabrías que hacer, tu que eres la mejor de todos y habrías encontrado la manera de abrirle paso para que estuviera conmigo, tu me habrías ayudado a estar a solas con él... entre sus brazos".

Volvió a buscarlo con los ojos y vio a su padre junto a Mademoiselle Garai, su mirada instintivamente se dirigió a la Reina, que con soberana altivez recorría el salón junto a la Princesa Nefertari.

"Las murmuraciones sobre la relación de mi padre con esa mujer me molestan tanto, hasta la llaman La Favorita. ¡Pobre Cara! es que no se da cuenta de la posición en que pone a su esposa; Cara es tan bonita, tan joven para él, pero papá me va a escuchar, si cree que me voy a quedar callada como el resto se equivoca... si hace dos años me hubieran dicho que iba a querer tanto a su nueva esposa no lo hubiera creído. Y ella se ven tan resignada, me pregunto si lo ama... nunca los he visto como a mi tío y su esposa, ellos están siempre sonrientes, aunque... ella no habla de mi tío como él de 'su inglesa'. ¿Es siempre así? ¿siempre uno ama más? ¿solo uno ama? ¿me amas Mafcy? El amor comienza a parecerme un fastidio."

Las conversaciones de las damas que la rodeaban le aburrían, hubiera querido unirse al grupo de su hermano o al de La Duquesa, ellos hablaban de cosas tan interesantes. Ferdinand y sus guerras, La Duquesa y su ilustración... Macfadyen hablaba con ambos, hablaba con todos y todos los escuchaban, todos le sonreían... "Demasiado poder... nunca será la primera opción de papá... demasiado poder". Se acercó a la mesa en que se encontraba la mascota de su hermana, al principio no le había parecido más que una rata pero cada día le tomaba más cariño.

"Dónde está el pequeño hamster de mi herm.. ahí está, creo que está igual de aburrido que yo... ven aquí hamstercito, tu si me vas a hacer compañía, ¿cierto?". Junto a ella se movían las mismas personas, no le daban un respiro. Volvió a ver el espejo y se preguntó si había elegido el vestido adecuado, "¡No tengo nada que ponerme! Debo hablar con papá, necesito ropa nueva... un vestido tan bonito y elegante como el de La Duquesa, porque no creo que me deje usar uno como el de mi madrina, aunque me gustaría mucho... esos tonos de oro y el rubio de su cabello, toda ella parece una joya, ¿Cómo pueden ver a esa mujer tan corriente de la Garai cuando mi madrina está en la habitación?, puede ser mayor pero no hay nadie más hermosa. ¡Los hombres son unos idiotas!". Una gallardo y apuesto joven hablaba con voz enamorada, otro se desvivía porque tuviera agua o dulces cerca; otro no paraba de pedirle que bailara con él, pero ella no prestaba atención a ninguno.

"Mi Madrina está muy lejos....¡Dios mío está hablando con él!... que guapo se ve está noche, como el día que lo conocí, no entiendo por qué tiene que pasar tanto tiempo viajando... la otra tarde, su beso, sus manos en mi espalda... ¡que sensación más maravillosa!... ¿Va a...? ¿es...? ¡y le está sonriendo!... Debo controlarme... Todos dicen que ellos... rumores, malditos rumores, todo el día se comentan cosas en Palacio, pero no quiere decir que sean ciertos, además él no es nada mío y puede bailar con quien le de la gana y si quiere bailar con Lady Arianne es cosa de ella... ¡Esa...! en cuando regrese Sir Tenant de las Indias, yo me encargo que mi hermano le cuente como te has divertido con otros caballeros, ¡tú insignificante criatura llena de pecas!".

La regresó de sus pensamientos escuchar que el grupo que la rodeaba hablaba de Espronceda, sobre lo apuesto que era, hombres y mujeres admitían que el español era muy atractivo, pero el tema que les interesaba eran lo múltiples affairs que se le atribuían. Alguno mencionaba que la esposa de un barón se había visto en una situación muy comprometida, mientras que la guapa y exótica esposa de un marqués contaba que más de una doncella no podría presumir de serlo luego de un encuentro con el apuesto caballero. "Hatty es el ser más inocente del mundo, ¿Cómo podría tener algo que ver con un hombre así? No es con Hatty con quien debo hablar, si ese hombre está detrás de ella es a él a quien hay que poner un alto".

Vio hacia la pista una vez más y escuchó las coquetas risitas de la dama con la que bailaba Lord Macfadyen y extendió la mano indicando que deseaba bailar a los jóvenes caballeros que la rodeaban y que discutían entre ellos para que los eligiera... "Demasiado poder"... Comenzaba a tener la sensación que no dependería de ella la elección de su boda, pero sí dependía de ella con quien pasar el tiempo mientras eso ocurría. Seleccionó a un afortunado y sumamente apuesto joven que, engalanado con un exquisito uniforme naval, la veía con adoración.

Volvió una vez más la vista al espejo y sonrió con la más arrebatadora y hermosa de sus sonrisas.