lunes, 5 de agosto de 2013

Capítulo 1 - Parte 3

Capítulo 1
El Encuentro


Parte 3
Un buen matrimonio



Por Coco

Aunque su esposa no había dicho una sola palabra, la conocía lo suficientemente bien como para saber que estaba molesta. El Duque había llegado de Firepark por la mañana. Había viajado de improvisto y sin compañía dos semanas atrás, pero había regresado en compañía de Mademoiselle Garai. Su esposa estaba paseando con los Di Franco por el Camino Real y había visto el carruaje en que llegaban a la Capital; llegó a Peony Hall poco después que él y se había ido directamente a la biblioteca luego de un saludo que él consideraba frío.




Mrs. Tietjens le había informado que La Duquesa estaba retrasada pero que en cuanto estuviera lista podían salir rumbo a Palacio. Ese había sido el segundo indicador de la tormenta que se avecinaba en la tranquilidad de su matrimonio sino actuaba a tiempo, Elle era la inglesa más puntual del mundo; ellos nunca llegaban tarde y su hermano siempre decía que los relojes de Palacio podían ajustarse con la precisión de La Duquesa. Debió contener la sonrisa, "¡Está celosa! así sea un poquito".

Entró a las habitaciones, ella estaba sentada frente al tocador, aun en bata, mientras su doncella se esmeraba en un peinado que recogía la abundante melena. Tomó un libro y se sentó junto a la ventana, sin leerlo. La Duquesa sonrió por el resultado del trabajo de su doncella y la despidió de la habitación. Nicholas iba a decir algo cuando la escuchó.
- Esa mujer va a ir a la fiesta, ¿es lo que me quieres decir? - Sin importar que supiera que tenía a su lado una mujer que parecía ir siempre un paso delante del resto, seguía sorprendiéndolo.


Dejó el libro sobre la mesa y se acercó a ella que continuaba con expresión seria.
- Te ves muy bonita. - Ella sonrió levemente, "y con esa sonrisa me desarmas" - Me lo dijo cuando encontré su coche al lado del camino, una rueda se había descarrilado y el cochero hacía su mejor esfuerzo. - Su esposa había regresado la vista al espejo y retiraba lentamente un mechón que caía por su oreja - Querida, no estuvo conmigo más que una hora.
- Aja.
- No supondrás que... ¿Elle?
- ¿Qué tienes un romance con ella?. No seas ridículo, es la amante del Rey. Le tienes mucho cariño a tu hermano y a tu cuello como para hacer una tontería de esas.
- Elle... - La joven se había levantado, él tomó su mano y la sentó en sus piernas - Le tengo mucho cariño a mi esposa como para hacer una tontería de esas - Acariciaba su rostro con delicadeza y ella lo veía con una sonrisa, "La Helena por la que casi desato una guerra". Tenían una muy buena relación, pero de los dos era él quien estaba enamorado - ¿Por qué te molesta tanto?


- Esa mujer pone a prueba mi paciencia y me molesta que actúe como si todos los hombres del mundo hubieran nacido para atender sus caprichos, mi esposo incluido. - El énfasis en el 'mi' había estado acompañado de un mirada que lo había dejado con una sonrisa aun más amplia.
- Todos los hombres y también todas las mujeres. Insiste en ser parte de tu comité del centenario, además, ya ves que va a asistir a la fiesta en honor de Cara.
- Es inaudito y el Rey no debería permitir que le falte al respeto de esa manera a la Reina.
- Voy a hablar con él, aunque quizá te haga más caso a ti que a mi... pensándolo bien yo soy quien debería ponerse celoso.

Ella reía y respondió a su beso; en ese momento entró Mrs. Tietjens que no supo articular una disculpa de tan avergonzada que estaba con la escena y cerró nerviosa la puerta mientras ellos reían.
- Pobre Christine, no es la primera vez que la avergonzamos. - Nicholas reanudó el beso; poco después continuaron su conversación con temas mucho más importantes - ¿Qué tanto se perdió con el incendio?
- El fuego se concentró en una de las caballerizas y se perdieron algunos animales, el viejo semental entre ellos. Pero nada que afecte seriamente la crianza de este año. Afortunadamente Jamie pudo controlarlo, aunque también se quemó un brazo, nada grave por suerte. De no ser por él, las pérdidas pudieron ser enormes. Debo reconocerle milady que su idea del canal que rodea la propiedad fue brillante.


- Me alegra escucharlo, me preocupaba que hubiera una merma muy grande en tus amados caballos. ¿Pudiste averiguaste algo de lo que dijo Xauen?
- No mucho realmente, la adivina me dijo muy poco y en Firepark nadie recuerda nada. Fue hace demasiado tiempo querida mía. Además con los problemas que dejó el incendió tuve muy poco tiempo.
- ¿Vas a dejar...?
- No, pero tengo que hablar con Frederick.
- No va a ser precisamente fácil.
- Nada con Frederick es fácil.
- Pero no es su decisión.
- Creo que no es un argumento que le vaya a gustar.
- También estuve averiguando, o intentado averiguar para ser exactos, pero sin la ayuda de la romaní no va ser fácil saber por donde comenzar.
- Gracias, para mi significa todo tener tu apoyo. - Ella lo abrazó, como cada vez que se quedaba sin repuestas frente al romanticismo galante de su esposo - Al regresar del baile hay cosas que quiero contarte del viaje.
- Podemos llegar tarde si quieres hablar.
- Vamos a llegar tarde, pero no por ese motivo. - Él le sonreía y apretándola con fuerza contra su pecho volvió a besarla.

5 comentarios:

  1. Hola ! Gracias por avisarme que viniera a leer y por incluir a ese mozo de cuadra que me ha robado el corazón... Cómo te las vas a ingeniar para no seguir con él, no se jejejej Besotes y me encantó!
    Naty

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  2. Celos y recelos, qué retorcidas son esas pasiones! La amante del rey es muy osada si se atreve a acudir, yo la mandaba decapitar! jajajaj, es broma!, con ese hombre sería de tonta llegar puntual a cuaqlquier cita, hay que retrasarse!(-he dicho), ¿quién será la voluntaria que cure a Jamie de sus heridas? ;)
    Aquí sigo, un besote!

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    1. jajajaja... mira que con todo y todo ella encantada se ha quedado... Pero esos celos, no son celos feos, son de los bonitos. Es lindo leerte :)

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  3. Lindo capítulo, vamos conociendo detalles de los personajes, saludos.
    P.D. los caballos me encantaron.

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